jueves, 26 de noviembre de 2015

¡Ayuda! ¡A mi bebé no le gusta ser porteado!

En ocasiones no poco frecuentes, mamás o papás que recién comienzan a portear se encuentran con la sorpresa de que su bebé llora incansablemente apenas colocado en el portabebé, se pone como un palo, patalea, o tira la cabeza hacia atrás. Por más que la postura sea la mejor que sus padres/madres pueden lograr, por más que todo el mundo diga que ahí van todos muy cómodos y que a todos les gusta, a estas familias no les resulta tan fácil. De repente, la compra del portabebé parece haber sido una mala decisión. A ellos les decimos: ¡A no desesperar! Si al bebé le gusta ir en brazos, es bastante improbable que nunca le guste ser porteado. Muy posiblemente sea necesaria más paciencia, práctica y costumbre, pero tengamos en cuenta que, si porteamos desde el nacimiento, siempre será más fácil que si comenzamos más tarde.

Aquí van algunos consejos para poner en práctica antes de lanzarse a vender o guardar ese bendito portabebé, sobre todo dirigidos a quienes están dando sus primeros pasos en el porteo con su bebé.
  • Saber usar el portabebé y que éste sea ergonómico. Esto quiere decir que practiquemos un poco antes, con algún muñeco o peluche, los nudos, el ajuste, la posición, ponerlo y sacarlo. Es importante tener en cuenta las bases fundamentales del porteo ergonómico, para que el bebé no se sienta incómodo al ser porteado. Recordar que el portabebé debe adaptarse al bebé y no al revés.
  • Mantener la calma y acumular paciencia. Nuestros bebés son pequeñas esponjas de todo aquello que nosotros sentimos, así que procuremos encontrarnos bien dispuestos/as y tranquilos/as al momento de intentar. Evitar las salidas apuradas por horarios y los viajes largos para las primeras veces. Intentar tener algo de práctica antes de probar con el bebé, también es sumamente recomendable, pues nos hará estar más seguros/as y menos nerviosos/as a la hora de portear.
  • Buscar el mejor momento. Si el bebé tiene hambre, dolor de panza, recién se acaba de despertar o su pañal necesita ser cambiado en breve, será mejor esperar, ya que la idea es que asocie el ser porteado con un lindo momento. Es una buena idea que, al menos al comienzo, el bebé esté limpio, alimentado y de buen humor. Hay quienes prefieren que se encuentre en medio de siestas y quienes buscan que tenga algo de sueño para poder dormirlo en el portabebé. La opción correcta será la que nos indique el bebé, por supuesto.
  • Chequear la temperatura y vestimenta antes de portear. Recordemos que el portabebé equivale a una capa de ropa (o más, según el portabebé y nudo utilizado). Para el verano será suficiente con una remerita o body, o sólo en pañal; mientras que, en invierno conviene agregar a la ropa habitual, un abrigo por encima del portabebé o que cubra a ambos (no es conveniente portear al bebé con su abrigo puesto). Lo más recomendable, tanto para el/la bebé como para su porteador/a, es usar ropa respirable de algodón sin fibras sintéticas.
  • Moverse, bailar, hablar, cantar, calmar… Repetir. Sobre todo las primeras veces, es probable que lo nuevo de estar envuelto en algo los haga distraer del hecho de estar pegaditos a mamá/papá y no los deje disfrutarlo. Para eso, es bueno ir haciendo movimientos mientras lo colocamos, pequeños rebotes como imitando el caminar, palmaditas o caricias, cantarles un poquito, hablarles dulcemente sobre lo que estamos haciendo, anticiparles qué vamos a hacer, o caminar mientras nos colocamos el portabebé (¡cuidado con las tiras del fular!). Portear y salir inmediatamente (o directamente portear afuera en la calle, si ya tienen práctica) suele funcionar la mayoría de las veces.
  • Usar las manos. Si se retuerce mientras lo estamos poniendo en el portabebé, podemos sujetar su cabecita o acariciar su cuerpo con las manos, para que no sólo sea el roce extraño de la tela lo que sienta, sino también nuestra piel que ya conoce y ama.
  • No obligar. Si no quiere, no quiere. Si después de intentarlo todo por calmar y consolar al bebé, no hemos  tenido éxito, o si después de pocos minutos de paz ya no quiere estar ahí y comienza a mostrarse molesto, no lo vamos a forzar. Es preferible sacarlo del portabebé, hacer otra cosa e intentarlo más tarde, evitando así que lo asocie con algo negativo.
  • Probar de a poco. Es recomendable, las primeras veces, portear durante períodos cortos pero hacerlo todos los días un ratito. Dejar que el bebé lo decida. Si está molesto, lo sacaremos, si se queda tranquilo, seguiremos un ratito más.

Como en otros aspectos de la crianza, es importante observar y tener en cuenta las reacciones del bebé. Hacerle saber que su sentir nos importa y que lo respetamos es clave para lograr una buena comprensión mutua y, una vez que nos conocemos mejor, será todo mucho más fácil y llevadero. Esperamos que alguno de estos consejos les sea de utilidad para que muy pronto puedan disfrutar de todos los beneficios que nos traen el porteo y la crianza en brazos.

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